martes, 21 de julio de 2009

El reto cubano

Riflexiones
Pienso que para los intelectuales cubanos analizar y poner en negritas sus consideraciones se convierte en un reto de altura, y lo aprecio en el artículo de Aurelio Alonso, publicado en este medio, que versa sobre como la economía se convierte en el reto del cubano.
Este y el de Narciso Isa Conde, son los mejores artículos que he leído últimamente sobre la economía cubana, pero como análisis al fin hay cosillas que quiero comentar en aras del debate y el entendimiento, que es el objetivo primordial de esta sección.
Aurelio Alonso habla del socialismo en Cuba, cuando en la isla, ni en ninguna otra parte del mundo existió socialismo en el siglo XX ni en lo que va del XXI. Si bien el autor a lo largo del documento descaracteriza ese socialismo estatal por inoperante, es inadecuado afirmar que en Cuba hubo un proceso de socialización.
En 1959 estaba la propiedad más socializada que ahora, porque miles de capitalistas eran dueños de los medios de producción, y de la noche a la mañana esos medios pasaron a manos del estado, como único propietario: eso de que los obreros son dueño de los medios de producción o de que es propiedad del pueblo se muestra cada vez más como una falacia.
Afirma el autor que probablemente la intensidad de la confrontación con Estados Unidos llevó al proyecto cubano a una radicalidad diferente de la que contenía su enunciado inicial y es cierto, fue menos radical el proceso, porque en el programa del Moncada se hablaba de un 30 por ciento de las ganancias para los obreros, lo cual daba a estos un sentido de pertenencia de los medios de producción que no han alcanzado aún hoy en día.
Lo verdaderamente revolucionario del socialismo concebido por los cabezones que lo describieron estriba en la socialización de los medios de producción, lo que equivale a que el productor sea el dueño real de los medios con los que produce, y no que el estado se apropie ilegalmente de los mismos,
El obrero cubano al cabo de 50 años aprecia que la bandera cambio de manos, pasó de la burguesía cubana a un estado que en su desarrollo creo un nuevo estamento, que no es precisamente obrero, sino la burocracia y una nueva modalidad, el inmovilismo, que resguarda sus intereses creados.
No veo por ninguna parte del artículo de Alonso un problema tan clave como este, ni la afirmación de que mientras el estado posea para sí esos medios, ningún reto socialista será posible para los cubanos.
Es muy interesante entrar a detallar las causales del camino recorrido, pero, de verdad Alonso, ese pasado de causas solo debe servirnos para afianzarnos en el porvenir, que no debe ser más de la misma cosa que hemos tenido.
¿Cuán interesante puede ser para el cubano los índices de IDH que poseemos si cada vez que se levanta en la mañana tiene los mismos problemas que ayer y las mismas posibilidades de resolverlos: ninguna?
El inmovilismo nos mata
¿Puede citarme alguna declaración oficial que muestre acuerdo con eso que usted afirma de que “la idea de que más estatal quiere decir más socialista y más radical, no deja de ser también dogmática y equivocada”?
Solo acérquese a la última reunión de nuestra Asamblea Nacional y a las ulteriores decisiones del Consejo de Estado a ver si alguna no está dirigida a afianzar el estatismo sobre nuestra realidad, sin poder prever que el tomate y el boniato se pudra en el campo por falta de una gestión eficaz de la burocracia.
Si Mesa Lago registra hasta hoy nueve cambios de dirección en la política económica cubana y. Omar Everleny distingue cinco, en ello nada altera la situación particular de cada cubano, para los que solo hubo una sola etapa en estas cinco décadas: estudio, trabajo y fusil y en los últimos veinte años salarios misérrimos, a vivir del invento o de la remesa de los gusanos convertidos hoy en mariposas.
Alonso, el pueblo padece, el pueblo se desespera, el pueblo ansía el cambio y en esa desesperanza solo queda algo positivo: aún confían en que esa vanguardia histórica recapacite y comience a caminar por el verdadero derrotero socialista.
Afirma usted que se mantuvo la orientación socialista radical y, confunde el apellido de nuevo, hay radicalismo, pero no socialismo, y si se mantienen las prioridades hacia las realizaciones de justicia social y equidad con el énfasis en la búsqueda de respuesta a las necesidades de la salud y la educación, no es menos cierto, y lo puede apreciar usted de forma tangible, que ambos sectores están en una seria crisis.
Que al cabo de 50 años sean estos los únicos logros deja mucho que desear, sobre todo cuando por el sendero perdimos la capacidad de producir y ser autosuficientes en alimentación. Hasta el azúcar emigró, hermano. Es que ya ni siquiera se si es correcto hablar de economía, para definir el desastre de nuestra realidad.
Cómo podemos mantener una buena educación y salud pública en un país en crisis, por supuesto que también esas esferas entran en trance. Puede usted explicarme porque si el sistema de salud cubano es tan bueno la burocracia solo se atiende en hospitales de punta como Cimeq, Cira García o buscan cirujanos extranjeros para sus operaciones.
El cubano de a pie a sudar y a hacer la cola o a ser tratado por un médico de consultorio, que a veces no tiene ni aspirina que darte. Y si tienes que operarte, pues un turno para de aquí a seis meses, o te buscas un amigo o pagas por la izquierda con divisas, que aquí vale mucho.
Alonso, los hijos de los obreros no van a conferencias a Canadá o a Europa, ni se casan con extranjera pudientes, ni tienen cuentas bancarias en lugar alguno, para ellos es que tenemos que hablar, si usted les habla de Mesa Lago no generalice los estudios de ese economista y hablar solo de etapas de la economía cubana..
Por ejemplo le faltó decirles a los lectores que ese economista cubano prueba
con estadísticas oficiales el deterioro de los indicadores sociales entre 1989 y 1994 y que desde entonces hay una recuperación lenta y errática y parcial de esos indicadores, y unos pocos de ellos siguen aún por debajo de los niveles anteriores a la crisis.
Que la calidad de los servicios de salud se ha deteriorado y el acceso a los servicios médicos ha caído desde 2003 debido a que al menos un tercio de ellos está trabajando en el exterior, principalmente en Venezuela.
Que el déficit de viviendas se duplicó entre 1989 y 2008, en parte debido a la destrucción causada por los huracanes, pero también por la edificación insuficiente, la incapacidad de la agencia estatal encargada del mantenimiento, la escasez de materiales de construcción y las restricciones impuestas a los propietarios de casas para repararlas.
Que el salario y la pensión promedio ajustados a la inflación, no obstante los incrementos hechos en el 2005, estaba a fines del año pasado, 77 por ciento por debajo del nivel de 1989, y hay un incremento notable de
la desigualdad en el ingreso.
Según Mesa Lao, economistas cubanos y extranjeros indican un aumento del coeficiente Gini que mide la desigualdad en 64 por ciento entre 1989 y 1999 y debe haber sido mayor después.
El economista cubano, residente en Pittsburgh, recuerda que después del vivo debate sobre el cambio fomentado por el discurso del presidente Raúl Castro en 2007, éste ha tomado un nuevo rumbo (el noveno) al introducir una serie de medidas flexibilizadoras positivas, pero salvo la entrega en usufructo de tierras estatales ociosas, ninguna otra tiene el carácter estructural que él anunció en 2007; además la enorme mayoría de las reformas propuestas por economistas cubanos en el debate no ha sido implementada, y hay un estancamiento o desaceleración de dichas reformas desde septiembre de 2008.

Luego usted justifica con que se aceptaba un solo socialismo, el que Moscú había bautizado como «real».y que se creó a partir de entonces un nuevo patrón de dependencia económica exterior. Le pregunto ¿cuando no hemos dependido del exterior?. Le pregunto que hicimos con toda esa ayuda económica que nos dio la Unión Soviética. Le cuestiono más ¿ alguna vez en la vida no podemos ser originales y dejar de copiar? Y me cuestiono cuando los intelectuales cubanos se harán sentir con valentía en su discurso, obviando todo lo apologético. Lo malo es malo, aunque lo edulcores sigue siendo malo.
No es usted realista cuando afirma que la ayuda soviética proporcionó crecimiento económico sostenido durante casi dos décadas y un nivel de satisfacción muy equitativo de las necesidades de la población, aunque esta prueba de estabilidad tampoco sirviera para mitigar los rigores de la hostilidad norteamericana.
No hubo tal crecimiento económico, era ficticio, eramoas unos hijos bobos que vivían del burocratismo soviético, porque ese supuesto crecimiento económico se esfumó con la caída del muro de Berlín. Era una mano solidaria que se retiró dejando la nuestra vacía.
Estoy muy de acuerdo con usted en que la inviabilidad no expresa una magnitud sistémica, sino que se debe al fracaso de un experimento histórico, y por tanto comienza el dilema de encontrar el camino del “socialismo viable”.
En una ocasión hablaba con un viejo economista, de esos que se educaron en el capitalismo, y este despotricaba porque en las empresas cubanas se había asentado la idea de la contabilidad confiable y la no confiable.
-No compañero, hay contabilidad o no hay contabilidad. Los apellidos en la contabilidad no existen, despotricaba el viejo.
Igual le afirmó ahora, no hay socialismo viable o no viable, se construye el socialismo o no. Lo demás es cualquier otra sociedad alternativa, pero no es socialismo. No le demos esa oportunidad de elegir a los burócratas,
Más adelante una afirmación suya insoslayable, en la Isla no se removió la estructura de poder, ese fue el gran problema, el estado siguió siendo dueño de los medios de producción y el burócrata pegó con goma loca los huevos al buró.
Y los efectos inevitable del período especial usted ni siquiera los roza, fue el estacazo más demoledor que pudo recibir la ideología, la ética y la moral del cubano en el siglo XX, como consecuencia de lo que usted menciona: “la desvalorización del salario, la depauperación de las condiciones de vida y la ruptura de los patrones de igualdad— fueron sumamente severos, y acentuaron las condiciones de austeridad para la población”.
Lo inaudito de ello, y lo creíble por nuestra historia de lucha, es que a pesar de todo, seguimos pensando en la posibilidad de que el socialismo del que nos hablaran Marx y Engels aún tiene posibilidades de desarrollo en nuestro caimán, aún se percibe por el pueblo como una salida necesaria.
Luego en su análisis hace usted una comparación de pobrezas en el mundo para ahondar en que no nos va tan mal. Yo no se cuanto esfuerzo han hecho esos pobres del mundo para salir de la pobreza, lo que si se es que nosotros los cubanos hemos hecho demasiado, hemos resistido a pie firme al imperio más poderoso de la historia, y ya por ese simple hecho, como dijo el Comandante una vez, merecemos la victoria.
Esa victoria que merecemos es el socialismo.
Finalmente menciona usted que, no sería posible hablar en rigor de una recuperación económica hasta que se iniciaron cambios en el escenario latinoamericano que propiciarían para Cuba una nueva perspectiva de integración. Déjeme decirle que no estoy muy seguro de esa afirmación, porque el secretismo de nuestro estado en ocasiones no nos permite tener a mano toda la información necesaria para aseverar sin temor un criterio. Ya se rumora la inmensa deuda que tiene Cuba con el estado Venezolano.
De cualquier forma me parece que esos cambios en el escenario del continente, pues no creo que solo ataña a la América Latina, son positivos desde el punto de vista político, pero en el plano económico lo vital está dentro de nuestras fronteras. Mañana cambia la escena y seguimos en las mismas, como nos pasó con los soviéticos. Solo seremos fuertes cuando seamos autosuficientes, o cuando produzcamos lo necesario para ser autosuficientes.
Yo no se quien ha repensado, como usted dice, nuestra transición socialista, si la repensó usted, otros intelectuales sin poder o yo es otra cosa, pero no me diga que lo ha hecho el burócrata que vacila la vida y piensa en el atajo más corto para llegar al capitalismo. Amigo, ni siquiera han situado la fecha del próximo Congreso, seguimos, como usted dice, con los remiendos y soluciones parciales a problemas concretos; de estrategia, nada.
Me uno firmemente a usted cuando afirma que “se rebela la necesidad de posibilitar mejor vida sin más gasto. Se rebela la urgencia de dar un carácter más orgánico al rescate y la protección del ambiente. Se rebela la tarea inaplazable de hacer nacer al fin la democracia”. Aplaudo su deseo de “permitir que el pueblo asuma cada vez más un protagonismo en lo que se construye. Que algún día las masas se pongan en condiciones de participar cada vez más —como diría Ernesto Che Guevara— en la decisión de qué parte de los ingresos de la sociedad va al consumo y qué parte a la acumulación”
Francotirador del Cauto
francotiradordelcauto@yahoo.es
http://francotiradordelcauto.blogspot.com/http://francotiradordelcauto.blogia.com/

No hay comentarios:

Publicar un comentario