miércoles, 16 de septiembre de 2009

“”: el “especialista” de América Latina.

Riflexiones
El pasado jueves el columnista del Nuevo y el Miami Herald, Andrés Oppenheimer, ofreció en un hotel de Lima una conferencia sobre Perú y América Latina en los próximos cinco años.
La diatriba, por supuesto no obvió los gastos militares del continente, y como ya es normal en este “especialista” toda la culpa de la carrera armamentista en la región son deslices de los gobiernos de izquierda latinoamericanos.
Repasando las argumentaciones de este analista de derecha vino a mi mente aquel cuento de Álvarez Guedes, en el que a un negro lo entierran hasta el cuello en la arena del circo romano y le sueltan un león hambriento.
El león intenta atacar con sus garras y el negro le tira una dentellada. Es entonces que surge un clamor airado de las gargantas de los espectadores:
-¡Negro, juega limpio!
Así es como quiere las cosas nuestro buen Andresito, para quien el multimillonario presupuesto de defensa norteamericano, la radicación de la IV Flota en el Caribe para dar cobertura a América del Sur, América Central y el Caribe y el intento de poner siete bases militares en Colombia no justifican el fortalecimiento del poder militar de los países de la región que se sienten amenazado por tal derroche de poderío militar yanqui.
Cuando analiza Andresito, pasa por alto que Estados Unidos, ese coloso que vive en nuestro hemisferio tiene los mayores gastos de defensa de mundo, y que Colombia, su actual aliado en la región posee un presupuesto astronómico aplicado a su esfera militar.
Si alguien le susurró al oído que en América Latina “es mucho más fácil comprar armas que hacer un proyecto de integración ferroviaria que toma cinco años'', está obviando que Estados Unidos dedica a luchar contra gobiernos soberanos la plata suficiente como para hacer la integración ferroviaria de toda América Latina.
Desde que el mundo es mundo, aquellos pueblos que no se ocupan de su defensa son asimilados por los más poderosos.
Creo que sería más eficiente para la paz mundial que demos conferencias para lograr que el gasto militar de los países desarrollados se reduzca en un 30 por ciento y ese dinero sea dedicado al desarrollo y a la paz. Cuando eso suceda, los gobiernos progresistas podrán dedicar sus recursos a fines pacíficos y no a prepararse contra la ferocidad imperialista.
Decían los nazis que una mentira repetida ad infinitum logra convertirse en una verdad, por supuesto, en una verdad imperialista. Oppenheimer miente cuando afirma que “los países que más reducen la pobreza son los menos chavistas’’.
En toda la historia de Venezuela no ha habido gobierno que haya hecho más por su pueblo que Chávez y su Revolución Bolivariana, y lo único que tiene de faraónico la Revolución Bolivariana y sus lideres son los ideales de justicia que enarbolan. Echa usted de lado todo el programa social de Chávez y la Revolución Bolivariana para solo referirse a la necesidad que tiene ese pueblo de armarse para su defensa.
Es usted un espectador más de ese circo romano que vocifera a Venezuela que juegue limpio cuando Estados Unidos intenta enterrarla bajo la arena y cercarla con bases militares.
Andresito, estoy seguro que el pueblo de Venezuela te gritará que juegues limpio.
Luego, algo y propio de tu mente conservadora, afirmas con desparpajo que “los que más gritan y se ponen boina roja son los que menos avanzan”, y vuelves a equivocarte.
Si lees detenidamente la historia de nuestra humanidad en lo que fue el pasado siglo y en lo que va de este, son precisamente los pueblos que emprenden el camino de la independencia y la soberanía los que ponen a gritar a los yanquis, y no creo que sea una deshonra para los oprimidos la predilección del color rojo, que por primera vez enarbolaron los obreros rusos cuando hicieron su revolución en 1917.
Luego comienzas a calumniar a tu propio país cuando afirmas que “Argentina, situado en el puesto 82 de la lista con menor ingreso per cápita, se jodió con [Juan Domingo] Perón''.
Tienes como especialista una laguna inmensa en tu memoria histórica, olvidas apellidos como Jorge Videla, Emilio Masera, Domingo Cavallo, que fueron quienes realmente vendieron el país a las multinacionales norteamericanas aplicando las políticas neoliberales.
Mal especialista quien diserta obviando la realidad de su continente, de pueblos que sufrieron a partir del golpe de estado chileno en 1973 el embate de la política económica de la escuela de Chicago.
La carrera armamentista, distinguido especialista, está claro que no es un negocio para los pueblos que luchan por su soberanía e independencia, sino para países como Estados Unidos que vende el 87 por ciento del armamento mundial.
Y que casualidad, el análisis de Oppenheimer coincide con declaraciones del portavoz del Departamento de Estado, Ian Kelly, quien manifestó su preocupación por las intenciones venezolanas de incrementar su poderío militar
Para Ian Kelly tales intenciones suponen un serio desafío a la estabilidad de América Latina.
Y me pregunto entonces: ¿Qué tipo de desafíos imponen a nuestros pueblos el despliegue militar norteamericano en el Caribe, las futuras bases militares en Colombia, el bloqueo contra Cuba y los planes de desestabilización contra los pueblos progresistas del continente?
Puedes responder a eso Andresito.
16 septiembre del 2009
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