viernes, 19 de junio de 2009

¡Viva el socialismo estatizado!

Riflexiones

Desde hace muchas décadas perdí el temor a perder bienes y riquezas, porque al no poseerlas sería de orate suponer su perdición; lo que si ha surgido dentro de mí y de otros muchos cubanos es el miedo a que este socialismo inalcanzable, al menos la intención de lograrlo no ha desaparecido, se vaya a bolina como la Revolución de 1930-
Releyendo a Lenin cada día le cojo más odio al estado, a mi me gustaba la lectura del teórico ruso porque, aupando la teoría de Marx y Engels, nos prometía una disolución futura del estado.
El estado, me decía y me repetía, parodiando a los clásicos, surgió para que una clase minoritaria explote a la mayoría de la población, llámese estado esclavista, feudalista, capitalista, fascista, burocrático, o cualquier apellido o mote que se le quera endilgar. El estado es el que tiene que irse a bolina, sin embargo, perdura como Matusalén: hoy alegre y mañana también; por lo que sin tanta verborrea puede afirmarse que el estado siempre estorba, por lo menos todos los conocidos hasta ahora.
Pero eso de la alegría constante no es para la mayoría, y menos cuando escucho en el noticiero de la mañana que el trabajo a destajo viene de vuelta a los obreros cubanos, como una salida necesaria según una tal Ley 9.
El trabajo a destajo, sin que quede lugar a dudas, produce más plusvalía en menos tiempos. Vamos avanzando directico al capitalismo desarrollado, para entonces, con al máximo desarrollo de las fuerzas productivas, iniciar la socialización de los medios de producción: más o menos un “socialismo” tipo chino, donde ya existen algunos millonarios y muchos millones de muertos de hambre.
Lo más exuberante en esta situación es que desde que el primer brujo alzó una tea para que los creyentes vieran a Dios (al parecer la oscuridad desde entonces no ha dejado de reinar en el planeta y Dios nunca aparece) nunca la población ha sido quien impone los códigos de conductas y valores, esto sin excepciones, siempre se le han impuesto desde afuera, llámese monarquía, capitalismo o socialismo, Iglesia o partidos. Cómo hay que comportarse y vivir ha venido reglamentado por lo que tienen el poder.
Ese orden se ha mantenido desde siempre por la fuerza, que todos saben que da riquezas, que da poder, que el que lo posee siempre ostentará un mejor nivel de vida, que será eterno, siempre y cuando no se empalaguen con las mieles de la abeja o la melaza de caña.
Otra preocupación que me mueve a riflexionar es ¿cómo es posible que las trasnacionales mediante el trabajo asalariado logran ganancias multimillonarias, un desarrollo extremo de las fuerzas productivas y mucha miseria alrededor, y sin embargo nosotros en Cuba pagando también salarios, solo lo que hacemos es socializar la pobreza.
Pensando negativamente debíamos tratar de imponerles a los países imperiales, que malgastan sus riquezas en mantener arsenales de todo tipo de armas, este socialismo estatista patrocinado por Stalin desde principios del siglo pasado: y les podría asegurar que no tendrían ni un centavo para el desarrollo de amas de ningún tipo.
Ya ven tenemos una solución en nuestras manos para acabar con la carrera armamentista en el mundo. Tendríamos entonces un mundo más seguro.
¡Arriba el socialismo de estado!

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